jueves, 20 de octubre de 2011

El Báb, el Precursor de Bahá'u'lláh

Tomado de http://info.bahai.org/spanish/the-bab-forerunner.html

Mausoleo del Báb, Haifa, Israel.

Su vida constituye uno de los ejemplos más egregios de valor que la humanidad haya tenido el privilegio de contemplar (…)' 1 La personalidad a la que así rendía homenaje el destacado escritor francés A.L.M. Nicolas era esa figura profética del siglo diecinueve a la que la historia conoce como el Báb.

En Persia, el fermento mesiánico alcanzó su apogeo la noche del 23 de mayo de 1844, cuando un joven comerciante -el Báb- anunció que era el Portador de una Revelación Divina, prometida desde tiempo inmemorial y destinada a transformar la vida espiritual de la humanidad. ``¡Oh pueblos de la tierra -declaró el Báb- prestad oído a la santa voz de Dios (…) En verdad la resplandeciente Luz de Dios ha aparecido entre vosotros investida con este Libro infalible, a fin de que seáis guiados rectamente hacia las sendas de la paz (…) 2 Con la quiebra moral de Persia por telón de fondo, la declaración del Báb según la cual la renovación y avance social se apoyaban sobre el ``amor y la compasión' antes que en la ``fuerza y la coacción' suscitó esperanzas en todas los sectores sociales del país. Muy pronto atrajo a miles de seguidores.3

El nombre de este joven comerciante era Siyyid `Alí Mu/hammad, quien adoptó el título de ``El Báb', término que en árabe significa ``portal' o ``puerta'. Tal como explicó el Báb, Su propia llegada constituía el portal que habría de atravesar la tan esperada Revelación de Dios para toda la humanidad. El tema central de Su obra más destacada -el Bayán- giraba en torno a la aparición de un segundo Mensajero de Dios, más eminente que el propio Báb y cuya Misión sería inaugurar la era de paz y justicia prometida por el islam, el judaísmo, el cristianismo y todas las demás religiones.

El Báb Se refirió a la llegada de este Maestro Divino como ``Aquel a Quien Dios hará manifiesto' y afirmó que ``ninguna palabra Mía puede describirle cumplidamente, ni puede referencia alguna hallada en Mi Libro, el Bayán, hacer justicia a Su Causa'. 4 Aclaró que ``el propósito que subyace a esta Revelación, así como a todas las del pasado, es el de anunciar el advenimiento de Aquel a Quien Dios hará manifiesto'. 5 Asimismo, explicó que la base de toda conquista humana debe encontrarse en las enseñanzas de esta prometida Manifestación Universal de Dios, y que ``el conjunto de todas las religiones sólo está para auxiliarle'. 6 Para el Báb la historia de la humanidad había alcanzado su apogeo, y Él no era más que ``La voz del Anunciador, que eleva Su voz en el desierto del Bayán' para anunciar a la humanidad su travesía hacia la madurez colectiva. 7

En varias ocasiones el Báb aludió a la identidad del Prometido: ``El bien sea con quien fije su mirada en el Orden de Bahá'u'lláh y dé gracias a su Señor. Pues Él seguramente será hecho manifiesto'. 10 En otro pasaje afirma. ``Cuando el Astro de Bahá brille resplandeciente sobre el horizonte de la eternidad os incumbe personaros ante Su Trono' 11 Husayn-Alí, uno de los discípulos más destacados del Báb, históricamente conocido como ``Bahá'u'lláh', asumió el título de Bahá (en árabe ``gloria', ``esplendor') en una conferencia celebrada en 1848 por los seguidores del Báb. El título fue confirmado expresamente por el propio Báb.

Los corazones y pensamientos de quienes escuchaban el mensaje del Báb estaban atrapados en un estado apenas alterado desde la Edad Media. Además de Su llamada a la renovación espiritual, Su promoción de la educación y de las ciencias útiles revestía un carácter sencillamente revolucionario.


El impacto transformador del mensaje del Báb se consiguió sobre todo mediante la diseminación de Sus epístolas, comentarios y obras místicas y doctrinales. Algunos discípulos, como Mullá Husayn, pudieron escucharle en persona. El efecto de la voz del Báb fue descrito por uno de Sus seguidores: ``La melodía de Su canto, el flujo rítmico de los versículos que manaban de Sus labios se apoderaron de nuestros oídos y calaron en los más hondo de nuestra alma. La montaña y el valle se hicieron eco de la majestad de Su voz. La entraña de nuestros corazones vibró ante la llamada de Sus pronunciamientos'. 16

Quienes se oponían al Báb acabaron acusándole no sólo de ser un hereje, sino también un peligroso rebelde. Las autoridades decidieron poner fin a Su vida. El 9 de julio de 1850, la sentencia fue ejecutada. En uno de los patios de los cuarteles de Tabriz, cerca de 10.000 personas se agolpaban sobre los tejados de los barracones y casas que daban a la plaza. El Báb y un joven seguidor Suyo estaban prendidos de unas cuerdas contra la pared. Un regimiento de 750 soldados armenios, dispuestos en tres filas de 250 fusileros abrieron fuego en 3 sucesivas descargas. Fue tan intensa la humareda de pólvora que todo el patio quedó sumido en la oscuridad.


Después del primer intento de ejecución, el Báb fue hallado de nuevo en Su celda, cursando las últimas instrucciones a uno de Sus seguidores. Con anterioridad ese mismo día, cuando los guardias acudieron a trasladarlo al patio, el Báb les había advertido que ningún ``poder humano' podría silenciarle hasta que hubiese concluido cuanto tenía que decir. Al presentarse por segunda vez, el Báb les anunció con tranquilidad: ``Ahora podéis llevar a cabo vuestras intenciones'. 19

Una vez más, el Báb y Su joven compañero fueron colocados frente al pelotón. Las fuerzas armenias se negaron a abrir fuego. En su lugar hubo que reunir un destacamento musulmán. Esta vez los cuerpos fueron acribillados hasta formar un amasijo de hueso y carne. Sorprendentemente sus rostros escaparon a los disparos. La luz del ``Templo Místico', como el Báb solía referirse a Sí mismo, se había apagado en circunstancias trágicas. 20 Las últimas palabras dirigidas por el Báb a la multitud fueron éstas: ``¡Oh generación extraviada! Si hubierais creído en Mí habríais seguido el ejemplo de este joven cuyo rango era superior al de la mayoría de vosotros, quien gustosamente se habría sacrificado en Mi sendero. Llegará el día cuando Me habréis reconocido; ese día ya no estaré con vosotros'. 21

Bahá'u'lláh rindió el siguiente homenaje al Báb: ``Contemplad qué constancia ha revelado esa Belleza de Dios. Todo el mundo se alzó contra Él, y sin embargo fracasaron estrepitosamente en el empeño. Cuanto más arreciaba la persecución sobre ese Sadrih [Rama] de Bienaventuranza, más se acrecía Su fervor y más brillante alumbraba la llama de Su amor. Todo esto es evidente, y nadie disputa esta verdad. Por último, entregó Él Su alma y remontó vuelo hacia los reinos de lo alto'. 22

Los escasos seis años que duró la misión del Báb simbolizan en cierto sentido la abrupta y sorprendente transición hacia la conciencia global por cuyo motivo el Báb dirigió Su llamamiento a la humanidad.

El Báb, el Exaltado, es la Mañana de la Verdad, el esplendor de cuya luz brilla en todas las regiones. Es Él asimismo el Anunciador de la Más Grande Luz, el Luminar de Abhá (Bahá'u'lláh). La Bendita Belleza (Bahá'u'lláh) es el Prometido de los libros sagrados del pasado, la revelación de la Fuente de Luz que brilló sobre el Monte Sinaí, cuyo fuego brilló en medio de la Zarza Ardiente. Somos, todos y cada uno de nosotros, siervos ante Su umbral, y permanecemos de pie como humildes custodios ante Su puerta'.26


Bahá'u'lláh: la Manifestación de Dios

Bibliografía


  1. A.L.M. Nicolas, Siyyid Ali-Muhammad dit le Báb (Paris: Librairie Critique, 1908), pp. 203-4, 376. Cit. en The Dawn-Breakers, p. 515 (nota de pie de página).
  2.  Selections from the Writings of the Báb (Haifa: Bahá'í World Centre, 1976), pp. 50, 61.
  3.  Ibídem, p. 77.
  4.  Shoghi Effendi, The World Order of Bahá'u'lláh, segunda ed. rev. (Wilmette: Bahá'í Publishing Trust, 1974), p. 62.
  5.  Selections from the Writings of the Báb, p. 106.
  6.  Ibídem, p. 85.
  7.  Bahá'u'lláh, Tablets of Bahá'u'lláh Revealed after the Kitab-i-Aqdas (Wilmette: Bahá'í Publishing Trust, 1995), p. 12.
  8.  Selections from the Writings of the Báb, p. 146.
  9.  Muhammad-i-Zarandi (Nabil-i-Azam), The Dawn-Breakers: Nabil's Narrative of the Early Days of the Bahá'í Revelation, translated from the Persian by Shoghi Effendi (1932; reimpresión, Wilmette: Bahá'í Publishing Trust, 1974), p. 93.
  10.  The World Order of Bahá'u'lláh, p. 147.
  11.  Selections from the Writings of the Báb, p. 164.
  12.  Tablets of Bahá'u'lláh, p. 102.
  13.  The World Order of Bahá'u'lláh, p. 123.
  14.  Isaiah 11:9
  15.  The Dawn-Breakers, p. 65.
  16.  Ibídem., p. 251.
  17.  Shoghi Effendi, God Passes By (Wilmette, Il: Bahá'í Publishing Trust, 1944), p. 75.
  18.  Cit. en John Ferraby, All Things Made New: A Comprehensive Outline of the Bahá'í Faith (London: Bahá'í Publishing Trust, edición revisada1975), p. 199.
  19.  The Dawn-Breakers, p. 463.
  20.  Selections from the Writings of the Báb, p. 74.
  21.  The Dawn-Breakers, p. 464.
  22.  Bahá'u'lláh, The Book of Certitude, 3rd ed. (Wilmette: Bahá'í Publishing Trust, 1982), p. 234.
  23.  A.L.M. Nicolas, véase nota 1.
  24.  The World Order of Bahá'u'lláh, p. 126.
  25.  Ibídem, p. 124.
  26.  Ibíd., p. 127.

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